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Треугольная шляпа / El sombrero de tres picos - Педро Антонио де Аларкон

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2) ¿Adónde se dirigía?

3) ¿Qué pensaba de su Frasquita?

4) ¿Qué acontecimiento le ocurrió por el camino?

5) ¿Cómo estaba el molino cuando llegó?

2. ¿Verdadero o falso?

1) El tío Lucas se preocupaba por su honra.

2) Lucas estaba seguro de que Garduña fue a ver a su mujer mientras él estaba ausente.

3) Decidió dejar de fumar porque era malo para la salud.

4) Al lado del molino descubrió una banda de ladrones.

5) En el camino no se encontró con nadie.

3. Conecta los significados de una columna con las palabras de la otra.

engaño.........plantación, cultivo

temer..........acción de hacer creer una cosa que no es verdad

satisfacción…grito del asno

rebuzno........tener miedo

sembrado.......gusto, gozo

4. Completa los huecos con palabras del ejercicio anterior.

1) Los gatos maullan, los perros ladran y el sonido de los burros es ____________________.

2) Con una gran ____________________ anunció a su familia que se iba a casar.

3) La mujer descubrió todo un mundo de ____________________ al enterarse de que su marido la había traicionado con su propia prima.

4) ¡Cuántas veces te he dicho que no andes por el campo ____________________!

5) No creo que Julio pueda ____________________ estas cosas. Siempre ha sido muy valiente.

5. Traduce al español.

Как стрела; боялся найти его внутри; почувствовал звук шагов; погасить огонь; издать довольный крик; мы пропали; погонять животное; без перемен.

12

Estaba abierta… ¡y él, al marcharse, había oído a su mujer cerrarla con llave, tranca y cerrojo! Por consiguiente, nadie más que su propia mujer había podido abrirla.

Pero ¿cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?

– El corregidor contaba con que yo no podría venir en toda la noche… —se dijo lúgubremente el tío Lucas—. ¿Sabía esto Frasquita?

También estaba abierta la puerta de la casa, cuyo primer aposento era la cocina… Dentro de la cocina no había nadie. Lo primero que le sorprendió fue la chimenea ardiendo y un candil encendido. Y sólo después se fijó en unas ropas que había colgadas en los espaldares de dos o tres sillas y lanzó un rugido tan intenso, que se le quedó atravesado en la garganta, convertido en sollozo mudo y sofocante.

Porque lo que allí veía eran las vestimentas del corregidor. El terrible trabuco seguía en el mismo rincón en que dos horas antes lo dejó la navarra… Lo cogió y de repente notó un pliego de papel que estaba sobre la mesa.

¡Aquel papel era el nombramiento del sobrino de la señá Frasquita, firmado por don Eugenio de Zúñiga y Ponce de León!

– ¡Éste ha sido el precio de la venta! —pensó el tío Lucas, tratando de sofocar sus gritos —. ¡Siempre quería a su familia más que a mí! ¡Ah! ¡No hemos tenido hijos!…

Y el infortunado estuvo a punto de volver a llorar.

Pero luego se enfureció nuevamente y empezó a subir la escalera, andando a gatas con una mano, llevando el trabuco en la otra, y con el papel infame entre los dientes. De la puerta del dormitorio salían algunos rayos de luz. Se paró un instante delante de ella, como para pasar aquel nuevo trago de amargura. Pero en aquel mismo instante el infeliz oyó toser dentro del cuarto…

¡Era la tos medio asmática del corregidor!

El molinero sonrió en las tinieblas de un modo horroroso. Sin embargo, el tío Lucas empezó a tranquilizarse en cuanto oyó la tos de su enemigo. La realidad le hacía menos daño que la duda.

– Y si me equivoco—pensó, se agachó y miró por el ojo de la llave. Se podía ver sólo un pequeño triángulo de cama, por la parte del cabecero… ¡Pero precisamente en aquel pequeño triángulo se veía un extremo de las almohadas, y sobre las almohadas la cabeza del corregidor!

– ¡Soy dueño de la verdad!… ¡Meditemos!

Y volvió a bajar la escalera. Se sentó en la cocina y ocultó la frente entre las manos. Le fue difícil rechazar la idea de matarlos a los dos aunque entendía que le ahorcarían. Estaba meditando cuando sus ojos se pararon en la vestimenta del corregidor… Se le ocurrió algo y se echó a reír.

No bien se sosegó, principió a desnudarse; colocó toda su ropa en las mismas sillas que ocupaba la del corregidor; se puso cuantas prendas pertenecían a éste. Y después salió del molino y se encaminó a la ciudad, balanceándose de la propia manera que solía don Eugenio de Zúñiga, y diciéndose de vez en vez esta frase que compendiaba su pensamiento:

– ¡También la corregidora es guapa!

EJERCICIOS

1. Contesta a las preguntas.

1) ¿Qué encontró el tío Lucas en la cocina?

2) ¿Cuál fue el precio de venta de su Frasquita?

3) ¿Cómo decidió vengarse el molinero?

2. Verdadero o falso.

1) El tío Lucas vio a su mujer abrazando al corregidor en su propia alcoba.

2) El papel que estaba sobre la mesa de la cocina era el nombramiento del sobrino de Frasquita.

3) El tío Lucas fue a buscar a los amantes para matarlos.

4) La puerta del molino tenía que estar cerrada.

5) En casa no había nadie.

3. Conecta los significados de una columna con las palabras de la otra.

chimenea.....gemido, suspiro, llanto

sollozo......resumir, abreviar

toser........matar a alguien mediante una cuerda

ahorcar......expulsar el aire de los pulmones por la garganta

compendiar…hogar o fogón para guisar o calentarse

4. Completa los huecos con palabras del ejercicio anterior.

1) Ya la tenía agobiada escuchar cada noche los __________________ de su hermana sufriendo por su novio.

2) Usted __________________ demasiado, vaya al médico, señor Ramírez.

3) Como la __________________ ocupaba demasiado espacio, decidieron destruirla y ampliar el salón.

4) Pensaba que lo iban a __________________ por su crimen.

5) Esta frase __________________ todos los pensamientos de los jóvenes.

5. Traduce al español.

Горящий камин; беззвучное рыдание; ходить на четвереньках; кашлять; в потемках; на подушках; воплощать мысль.

13

Abandonemos por ahora al tío Lucas, y enterémonos de lo que había ocurrido en el molino desde que dejamos allí sola a la señá Frasquita hasta que su esposo volvió a él y se encontró con tan estupendas novedades.

Una hora había pasado después de que el tío Lucas se marchó con Toñuelo, cuando la navarra, que había decidido no acostarse, oyó lastimeros gritos fuera de la casa, allí muy próximo, por donde corría el agua del caz.

– ¡Socorro, que me ahogo! ¡Frasquita! ¡Frasquita!… —exclamaba una voz de hombre, con el lúgubre acento de la desesperación.

Pensando que podía ser Lucas, abrió la puerta del caz y se encontró con el corregidor, que en aquel momento salía todo chorreando de la impetuosísima acequia…

– ¿Cómo? ¿Es usted? ¿Qué significa? ¿Cómo se atreve? ¿A qué viene usted a estas horas? —gritó la molinera con más indignación que espanto, pero retrocediendo maquinalmente.

– ¡Calla! ¡Calla, mujer! —tartamudeó el corregidor, colándose en el aposento detrás de ella—. Yo te lo diré todo… ¡He estado para ahogarme! ¡Mira, mira cómo me he puesto!

– ¡Fuera, fuera de aquí! —replicó la señá Frasquita con mayor violencia—. ¡No tiene usted nada que explicarme!… ¡Demasiado lo comprendo todo!

– ¡Calla, tonta!… Mira… aquí te traigo un nombramiento de tu sobrino… Enciende la lumbre, y hablaremos… Por lo demás, mientras se seca la ropa, yo me acostaré en esta cama.

– ¡Ah, ya! ¿Conque declara usted que venía por mí? ¿Conque traía usted su nombramiento y todo? ¡Santos y santas del cielo! ¿Qué se habrá figurado de mí este mamarracho?

– ¡Frasquita! ¡Soy el corregidor!

– A mí ¿qué? ¡Yo soy la mujer de mi marido, y el ama de mi casa! ¿Cree usted que yo me asusto de los corregidores? ¡Yo sé ir a Madrid, y al fin del mundo, a pedir justicia contra el viejo insolente! Y, sobre todo, yo sabré mañana ponerme la mantilla, e ir a ver a la señora corregidora…

– ¡No harás nada de eso! —repuso el corregidor, perdiendo la paciencia, o mudando de táctica—. No harás nada de eso; porque yo te pegaré un tiro, si veo que no entiendes de razones…

– ¡Un tiro! —exclamó la señá Frasquita con voz sorda. —¿Conque pistolas también? ¡Y en la otra faltriquera el nombramiento de mi sobrino! Pues, señor, la elección no es dudosa. Espere Usía un momento, que voy a encender la lumbre.

Y, así hablando, se dirigió rápidamente a la escalera, y la bajó en tres brincos.

El corregidor cogió la luz, y salió detrás de la molinera y así llegó a la cocina.

– ¿Me iba a pegar un tiro? —exclamó aquella indomable mujer dando un paso atrás—. Pues, ¡en guardia, caballero; que yo ya lo estoy!

Dijo, y se echó a la cara el formidable trabuco.

– ¡Detente, desgraciada! ¿Qué vas a hacer? —gritó el corregidor, muerto de susto—. Lo de mi tiro era una broma… Mira… está descargado. En cambio, es verdad lo del nombramiento… Aquí lo tienes… Tómalo… Te lo regalo…

Y lo colocó temblando sobre la mesa.

– ¡Ahí está bien! —repuso la navarra—. Mañana me servirá para encender el fuego. ¡De usted no quiero nada! ¡Márchese usted de mi casa!

El corregidor no contestó a este discurso. Se había puesto casi azul; tenía los ojos torcidos, y un temblor. Por último, principió a castañetear los dientes, y cayó al suelo.

El susto del caz, lo muy mojadas que seguían todas sus ropas, la violenta escena del dormitorio, y el miedo al trabuco con que le apuntaba la navarra, habían agotado sus fuerzas.

– ¡Me muero! —balbuceó—. ¡Llama a Garduña!… Llama a Garduña, que estará ahí…, en la ramblilla… ¡Yo no debo morirme en esta casa!…

No pudo continuar. Cerró los ojos, y se quedó como muerto.

– ¡Y se morirá como lo dice! —prorrumpió la señá Frasquita—. ¿Qué hago yo ahora con este hombre en mi casa? ¿Qué dirán de mí?

Soltó el trabuco, aparejó la burra y fue a buscar a Garduña. Le dijo que su amo estaba muriendo y ella iba a la ciudad por un médico. Y tomó… no el camino de la ciudad sino el del lugar inmediato.

Garduña no se fijó en esta última circunstancia, pues iba ya hacia el molino y discurriendo de esta manera:

– ¡Pobre hombre! ¡Dios le da confites a quien no puede roerlos!

EJERCICIOS

1. Contesta a las preguntas.

1) ¿Por qué abrió la puerta la señá Frasquita?

2) ¿Cómo explicó su llegada el corregidor?

3) ¿Pudo convencer a la molinera el viejo seductor?

4) ¿Por qué la mujer tuvo que llamar a Garduña?

2. ¿Verdadero o falso?

1) La molinera ya estaba esperando al corregidor.

2) “Mamarracho” y “viejo insolente” son frases de mucho respeto.

3) El pobre seductor vino todo mojado.

4) La señá Frasquita se puso a defender su honra con el trabuco.

5) La mujer mató al corregidor.

3. Traduce al español.

Услышать жалобные крики; на помощь; как вы смеете; отступая; бояться коррехидоров; терять терпение; я тебя застрелю; остановись; у него начали стучать зубы; очень мокрая одежда.

4. Conecta los significados de una columna con las palabras de la otra.

socorro......marchar hacia atrás

atreverse....exclamación para pedir ayuda en un peligro

retroceder…emprender, ponerse a hacer algo

principiar…empapado, humedecido

mojado.......decidirse a hacer algo arriesgado

5. Completa los huecos con palabras del ejercicio anterior.

1) El niño volvió de la calle todo __________________.

2) Me acaban de robar mi cartera, ¡__________________!

3) ¿Cómo __________________ a decirle ayer a tu padre semejantes barbaridades, Juana?

4) En vez de __________________ tenías que salir adelante y denunciarle.

5) __________________ el mes de mayo y el sol brillaba alegremente.

14

Cuando Garduña llegó al molino, el corregidor principiaba a volver en sí, procurando levantarse del suelo. El alguacil lo subió al dormitorio y lo acostó en la cama. Fue a la cocina, encendió el fuego, bajó todas las ropas de su amo; las colocó en los espaldares de dos o tres sillas; encendió un candil; lo colgó de la espetera, y volvió a subir a la cámara. Al contarle al corregidor que la señá Frasquita fue por un médico a la ciudad, éste se asustó.

– ¡Corre, corre, Garduña! ¡Ah! ¡Estoy perdido sin remedio! ¿Sabes a qué va la señá Frasquita a la ciudad? ¡A contárselo todo a mi mujer!.. ¡Garduña, corre, corre!

– ¿Y no me ahorcará Usía si lo consigo? —prosiguió irónicamente el alguacil.

– ¡Al contrario! Te regalaré unos zapatos en buen uso, que me están grandes. ¡Te regalaré todo lo que quieras!

Dicho esto, Garduña desapareció por la escalera abajo.

Queda claro que durante aquella ausencia del alguacil, fue cuando el molinero estuvo en el molino y vio visiones por el ojo de la llave.

Dejemos, pues, al corregidor y a Garduña y volemos en seguimiento de la valerosa señá Frasquita.

La única aventura que le ocurrió a la navarra en su viaje desde el molino al pueblo fue notar que alguien tenía fuego en medio de un sembrado. Se asustó mucho cuando oyó un rebuzno hacia aquel mismo lado.

– ¡Burros en el campo a estas horas! —pensó la señá Frasquita—. ¿Y si es un espía?

La burra que montaba la señá Frasquita creyó oportuno rebuznar también en aquel instante.

– ¡Calla, demonio! —le dijo la navarra y, temiendo algún encuentro inconviniente, sacó su bestia fuera del camino. Sin más accidente, llegó a las puertas del lugar, a tiempo que serían las once de la noche.

Estaba ya durmiendo el señor alcalde, cuando Toñuelo llamó a la puerta de la cámara nupcial. No tenemos para qué referir todos los gruñidos del alcalde de monterilla, y nos trasladamos desde luego al instante en que la molinera lo vio llegar.

– ¡Señor Juan, que no estoy para bromas! ¡Demasiado sabe usted lo que me sucede! ¡Demasiado sabe para qué ha preso a mi marido!

– Yo no sé nada, señá Frasquita… Y su marido no está preso, sino durmiendo tranquilamente en esta casa. ¡A ver, Toñuelo! Anda al pajar, y dile al tío Lucas que se despierte y venga corriendo… Conque vamos… ¿Ha tenido usted miedo de dormir sola?

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